Dia 2 | Semana Santa 2025

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JESÚS, EL HIJO DE DAVID

Mateo 21:12-22
Purificación del Templo

12 Jesús entró en el templo y echó fuera a todos los que compraban y vendían en el templo. También volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas. 13 Y les dijo*: «Escrito está, “Mi casa será llamada casa de oración”, pero ustedes la están haciendo cueva de ladrones».

14 En el templo se acercaron a Él los ciegos y los cojos, y los sanó. 15 Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y decían: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron. 16 Y le dijeron: «¿Oyes lo que estos dicen?». Y Jesús les respondió*: «Sí, ¿nunca han leído: “De la boca de los pequeños y de los niños de pecho te has preparado alabanza?” ». 17 Y dejándolos, salió fuera de la ciudad, a Betania, y se hospedó allí.

Maldición de la higuera estéril

18 Por la mañana, cuando regresaba a la ciudad, Jesús tuvo hambre. 19 Y al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no halló nada en ella sino solo hojas, y le dijo*: «Nunca jamás brote fruto de ti». Y al instante se secó la higuera. 20 Los discípulos se maravillaron al ver esto, y decían: «¿Cómo es que la higuera se secó al instante?».
21 Jesús les respondió: «En verdad les digo que si tienen fe y no dudan, no solo harán lo de la higuera, sino que aun si dicen a este monte: “Quítate y échate al mar”, así sucederá. 22 Y todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán».

Devocional:

El siguiente evento que Mateo registra en su evangelio después de la entrada triunfal de Jesús es la purificación del templo. Después del humilde paseo en el pollino de un burro, leemos sobre los actos de justa indignación de nuestro Señor en respuesta al desdén y falta de respeto de la élite religiosa hacia el templo.

El templo era una representación de la santidad de Dios. Era donde los judíos iban para ser limpiados de sus pecados mediante sacrificios realizados por los sacerdotes en nombre de Dios. Es interesante que el lugar donde se llevaba a cabo la purificación del pueblo necesitara purificarse también.

Después de voltear las mesas de los animales para el sacrificio y reprender a los cambistas, vemos a los ciegos y los cojos acercándose a Jesús en el templo, y él los sana, mientras que los niños en el templo están clamando: “¡Hosanna al Hijo de David!”

El título, Hijo de David, era sinónimo de El Mesías, el ungido que había sido prometido desde hace mucho tiempo y muy esperado por los israelitas. Este Hijo de David vendría de la línea del rey más grande que Israel había tenido, el rey David. Este Hijo de David establecería un reino eterno que reinaría para siempre. Hay otras ocasiones en el Nuevo Testamento donde Jesús es llamado Hijo de David, y todas esas referencias tratan sobre sanidades, la purificación de enfermedades o dolencias, y reconocimientos de Jesús como el Mesías tan esperado.

Cuando los principales sacerdotes y los escribas escucharon el nombre que se le daba a Jesús, se indignaron y le pidieron a Jesús que diera cuenta de ello, lo cual él hace citando el Salmo 8:2, ”En los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has puesto tu alabanza”.

¿Quién sino el Mesías, el Hijo de David, tenía la autoridad para reprender las actividades desagradables y los vendedores deshonestos y codiciosos que se aprovechaban de la gente que iba al templo? Este Hijo de David pronto reemplazaría el templo físico necesario para limpiar a las personas de sus pecados al hacer el sacrificio supremo. Él desecharía las estructuras dadas por Moisés al cumplir con los requisitos del sacrificio. Él, el Hijo de David, abriría un acceso directo al templo mediante su muerte y resurrección.

Jesús, el Hijo de David, observó la degradación del templo, expuso su uso incorrecto al mostrar la avaricia y el mal comportamiento, y luego sanó a aquellos a quienes no se les permitía entrar en el templo debido a su impureza. Qué hermosa imagen de cómo Jesús también nos sana y nos purifica hoy. Solo él puede limpiarnos de nuestros pecados, solo él puede sanar nuestras enfermedades, solo él nos dignifica, y solo el Hijo de David, el Mesías, puede reestablecer nuestra relación con el Padre.

¿De qué manera las acciones de Jesús en el templo anticipan su sacrificio final y el establecimiento de una nueva forma para que la humanidad se acerque a Dios? ¿Cómo se relaciona esto con nuestra comprensión de la salvación y redención a través de Jesucristo?