Dia 3 | Semana Santa 2025

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JESÚS, EL HIJO DEL HOMBRE

Ezequiel 2:1
Él me dijo: «Hijo de hombre, ponte en pie para que Yo te hable»

Daniel 7:13-14
13 Seguí mirando en las visiones nocturnas, y en las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, Que se dirigió al Anciano de Días Y fue presentado ante Él.
14-»Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y Su reino uno que no será destruido.

Mateo 21:23-27
La autoridad de Jesús puesta en duda

23 Cuando Jesús llegó al templo, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron a Él mientras enseñaba, diciendo: «¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te dio esta autoridad?».
24 Y Jesús les respondió: «Yo también les haré una pregunta, que si me la contestan, Yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas. 25 ¿De dónde era el bautismo de Juan, del cielo o de los hombres?». Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Si decimos: “Del cielo”, Él nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”. 26 Y si decimos: “De los hombres”, tememos a la multitud; porque todos tienen a Juan por profeta».
27 Y respondieron a Jesús: «No lo sabemos». Él a su vez les dijo: «Tampoco Yo les diré con qué autoridad hago estas cosas.

Mateo 25:31-46
El juicio final

31 »Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con Él, entonces Él se sentará en el trono de Su gloria; 32 y serán reunidas delante de Él todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda.
34 »Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; 36 estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí”. 37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos como extranjero y te recibimos, o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?”. 40 El Rey les responderá: “En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron”.
41 »Entonces dirá también a los de Su izquierda: “Apártense de Mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 43 fui extranjero, y no me recibieron; estaba desnudo, y no me vistieron; enfermo, y en la cárcel, y no me visitaron”. 44 Entonces ellos también responderán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, o como extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”. 45 Él entonces les responderá: “En verdad les digo que en cuanto ustedes no lo hicieron a uno de los más pequeños de estos, tampoco a Mí lo hicieron”. 46 Estos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna».

DEVOCIONAL:

Como hemos visto en los últimos dos días, los nombres y títulos de Jesús son de profunda importancia y están íntimamente ligados a su identidad. Él manifiesto esta identidad en palabra y obra durante la semana previa a su muerte y resurrección. El nombre de hoy es excepcionalmente único porque es un nombre que Jesús eligió para sí mismo, el que más usó durante su ministerio terrenal: El Hijo del Hombre.

Un estudio de este nombre podría llenar volúmenes de libros académicos, pero espero que encuentres aquí un resumen útil, aunque abreviado, de tres conceptos claves en su auto-designación, “Hijo del Hombre”:

Humanidad
Es simplemente Jesús iluminando el lado humano de su doble naturaleza. De hecho, “Hijo del Hombre” simplemente significa “humano”, como vemos en el Antiguo Testamento, un ejemplo que encontramos a lo largo de Ezequiel (Ezequiel 2:1).

Divinidad
Apunta a la divinidad y autoridad de Jesús mediante la alineación con Daniel 7:13-14, mostrando su autoridad eterna y su papel como juez divino sobre todos los reyes y reinos, una verdad enfatizada además en Marcos 2:10 (perdona pecados) y Mateo 25:31-46 (juez final). Este título trasciende la humanidad y afirma a Jesús como el cumplimiento de la profecía mesiánica.

Mediador

Jesús es el eslabón entre el cielo y la tierra, un rol el cual es aludido en Su conversación con Natanael haciendo referencia a la Escalera de Jacob (Juan 1:51; Génesis 28:12). No solo el Hijo del Hombre es humano y divino, sino que es el vínculo que los une.

Entonces, ¿dónde vemos al Hijo del Hombre revelado en el pasaje de hoy? ¡Bueno, hay muchos momentos donde lo podemos encontrar! El martes fue un día ocupado para Jesús. Documentado en 211 versículos en casi cinco capítulos, el tercer día de la Semana Santa representa el 20% de todo el Evangelio de Mateo. Desde que enseñó en el templo y mostró su autoridad ante un grupo de líderes religiosos y civiles, hasta que predijo lo que sucedería en el futuro mientras estaba en el Monte de los Olivos, estos capítulos marcan el final de su ministerio público. Jesús nunca mostró desgano en su último día de trabajo.

Vemos su humanidad principalmente reflejada en su apariencia física y acciones, pero también de manera más específica en su participación en la enseñanza (Mateo 21:23-27, 22:15-46), en la intensidad de su lamento por Israel (Mateo 23:37-39), y de forma implícita en el complot para matarlo, que fue un intento de despojarlo de su humanidad (Mateo 26:3-4).

Vemos su divinidad exhibida en sus enseñanzas y parábolas (Mateo 21:23-22:14), en su sabiduría al enfrentarse a líderes religiosos (Mateo 22:15-46), y en las palabras proféticas de su Sermón del Monte de los Olivos (Mateo 24-25). Él es la autoridad divina, el juez, y el cumplimiento de las profecías mesiánicas.

Lo vemos como mediador en sus discusiones sobre el gran mandamiento, conectando la ley de Dios y la acción humana (Mateo 22:34-40); su lamento profético por Jerusalén, expresando el deseo de reunir a su pueblo como una gallina reúne a sus polluelos (Mateo 23:37-39); y en su pregunta a los fariseos sobre de quién es hijo el Cristo (Mateo 22:41-45). ¡Dondequiera que veamos la intersección de Dios y el hombre, allí vemos a Cristo!

Así que, cuando Dios encarnado elige palabras para revelarse a nosotros, palabras tan únicas que nadie más en el Nuevo Testamento las usa directamente, deberíamos disfrutarlas. El Hijo del Hombre encarnado—totalmente humano (Él nos conoce), totalmente Dios (Él provee para nosotros)—y el mediador perfecto entre ambos reinos (Él está por nosotros). ¡Qué alegría es conocer a nuestro Señor en Sus propios términos!

La idea de que Jesús aceptó completamente ser humano y divino nos recuerda lo cercano que está de nosotros. El hecho de que Él escogiera este título para representar ambos aspectos, nos debería llevar a pensar: ¿Cómo cambia nuestra conversación con él al saber que Dios realmente entiende lo que vivimos? Esto debería influenciar nuestras oraciones y cómo expresamos nuestra fe.